La primera visita al pediatra

Ale
23 nov 2018
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Ayer Alba cumplió una semana de nacida y le tocaba su primera visita al pediatra. Nuestro Doc Klaus ha estado un poco delicado de salud, así que no podía atendernos. Soy un poco nerviosa y me preocupo mucho por pequeñeces que a veces, los doctores te pueden decir alertándote a que estés atenta a cualquier síntoma. Por eso, necesitaba ir a este primer control con alguien de confianza, a quien le podría preguntar todo y sabría que sería honesto conmigo al explicarme.

Sin duda, el Dr. Roberto Somocurcio fue mi opción más que segura y con súper recomendaciones. Agendamos cita y lo visitamos. Gracias a Dios, Alba está perfectamente y resolvió todas mis dudas.

Los puntos que vimos en ella fueron:

Peso: es muy importante que el bebé esté aumentando su peso luego de perder algunos gramos en sus primeros días.
Talla: hay que medir al bebé estirándolo completamente y comparar con la medida de su nacimiento para ver si está creciendo.
Lactancia: es importante hablar de la alimentación del bebé con el pediatra, esto hace que los dos puntos anteriores estén evolucionando de manera correcta. Cabe resaltar que lo más recomendable es la lactancia materna, pero no se juzga el caso de quien necesite de fórmula u otros. Lo importante es la salud del bebé.
La piel: hay muchos niños que nacen con o se les va tornando en los siguientes días la piel media amarillenta. Esto podría indicar ictericia (un trastorno provocado por altos niveles de bilirrubina). A mí me pasó con Emma y ahora con Alba, pues tenemos diferentes tipos de sangre y tienen esa incompatibilidad que se activó con la lactancia, pero cuando el Doc las revisó no había avanzado a todo el cuerpo, así que no correrían mayor peligro, pues era un tema ya controlado.
Otros: También verificó el cráneo, el tórax, los reflejos, el ombligo, los genitales, los oídos, la cadera, la columna, y los ojos.

Es muy importante establecer una linda conexión con tu pediatra pues como padres siempre tenemos muchas dudas en especial si somos primerizos, nos angustiamos mucho cuando el bebé se enferma o porque llora mucho.

El pediatra debe ser capaz de ofrecer una respuesta sin culpar ni inquietar. Al contrario, debe transmitir seguridad y calmar las inseguridades de los padres y más aún si no es un caso de gravedad.

De la misma manera que les recomiendo a Klaus como pediatra lo hago con Roberto, ambos han cumplido al máximo mis grandes expectativas (y eso que yo soy súper exigente) de lo que necesito en un doctor para el cuidado de mis grandes tesoros que son mis bebés.