El sol, un riesgo para la piel
Los rayos ultravioletas del sol son la principal causa de cáncer de piel, tan solo unas pequeñas quemaduras severas pueden aumentar los riesgos de que los niños enfermen.
Los pequeños no precisan estar en la playa o la piscina para quedar expuestos al sol excesivo. Por esto, es clave que su piel esté protegida cada vez que estén al aire libre.
Cubre su cuerpo.Cuando esté al sol, que tenga puesta su ropa y un sombrero de ala ancha, para que la piel esté cubierta lo más posible.
Aplícale un protector solar de amplio espectro. Asegúrate de que actúe contra los rayos UVA y UVB, y que sea factor 30 o más. Vuelve a colocárselo al menos cada dos horas, así como después de nadar o si ha sudado.
Busquen la sombra. Limita la exposición al sol directo, especialmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos UV son más fuertes.
Enséñale a usar lentes para el sol. Protegerán los ojos de tu hijo de los rayos ultravioletas, que pueden favorecer la aparición de cataratas en el futuro. Prefiere aquellas que tengan una forma envolvente, y que bloqueen lo máximo posible de los rayos UVA y UVB.
Revisa su medicación. Algunas medicinas pueden aumentar la sensibilidad de la piel a los rayos ultravioletas, incluso los niños que no se broncean fácilmente podrían acabar con una quemadura en cuestión de minutos.
Como ves, aunque pasar tiempo al aire libre puede ser más que divertido, cuidar la piel de tus hijos de la exposición al sol es fundamental. Y, si tienes dudas acerca de su salud, consulta al pediatra.
