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Depresión post parto: experiencias divididas

  • Meli y Ale
  • 19 ene 2017
  • 4 Min. de lectura

Es cierto cuando dicen que cada embarazo es diferente. En la misma persona, la experiencia con un hijo es distinta que con otro.

Por un breve periodo, nosotras estuvimos embarazadas al mismo tiempo y experimentamos vivencias y situaciones personales que definieron el sentimiento final con el que recordamos la tan famosamente llamada “dulce espera”. Créannos, de dulce, no tuvo nada.

Estas fueron nuestras experiencias:

By Ale:

Sufrí de una profunda depresión durante todo mi embarazo, Aunque lo he podido aceptar luego de dar a luz, siempre supe que las cosas en mí no estaban bien. Pensé que se trataba por una cuestión del cambio de hormonas y esas cosas que le pasan a una embarazada, pero en mí fue algo muy fuerte. Las personas a mi alrededor criticaron muchas de mis acciones, pero sé que fue por qué no entendían ni sabían lo que me pasaba, ni que me hacían sentir muy mal.

No quería que nadie me viera así, nunca deje que me tomaran una foto (solo en casos puntuales), ni que me acariciaran la panza, me sentía rara y ansiosa de que llegara el día en que pudiera volver a ser yo.

Acudo al psicólogo desde entonces, pues aún trabajo en entender por qué no solo estaba siempre triste, preocupada, estresada, sino también por qué tenía sentimientos raros y negativos hacia mí bebe. Mi psicóloga me dijo “No eres un extraterrestre y es muy normal que te sientas de esa manera. Es raro y son pocos los casos, pero las mujeres también sufren de depresión durante el embarazo. No es común, pues generalmente pasan por el mejor momentos viviéndolo, pero 1 de cada 10 mujeres lo sufre”.

Si identificas que tienes depresión, te recomiendo que busques ayuda, me sirvió muchísimo hablar, contar y desahogarme, soltar mis angustias y preocupaciones y que alguien me entendiera y me dijera que no soy una mala persona, que son etapas que debemos saber afrontar y que es algo que pasará para esperar, al que verdaderamente será mejor momento de mi vida, que fue cuando me convertí en mamá.

Admito que conocer personalmente a Emma, simplemente me flecho el corazón.

—–

By Meli:

Al igual que mi hermana, yo también sufrí de depresión, pero no me di cuenta de ésta, hasta que Lucas cumplió 10 meses.

Mi embarazo fue terrible: empezó con una hepatitis A que, gracias a Dios, no se complicó. Pasó por tener que pasarla en cama porque cada semana sangraba debido a un problema con la placenta. Siguió por la muerte de nuestra prima-hermana que quebró e hirió mi corazón y finalmente terminó con un conflicto familiar entre la familia de mi esposo y yo.

Cuando nació Lucas, yo no lo podía asimilar bien. Sabía que debía de amarlo por ser mi hijo pero no podía. La lactancia fue un martirio acompañada de dolor, cansancio y presión. Cedí y complementé su alimentación con fórmula desde el segundo día de nacido. Me sentía terrible por eso, pensé que era la peor de las madres, que no me esforzaba lo suficiente, que era un fracaso y que mi hijo no me iba a querer, porque en mi mente estaba eso del apego por la lactancia y el vínculo y todo eso que lees y que te hace pensar que si no le das de lactar eres una desgraciada y que no vas a tener un vínculo especial con tu hijo. Bueno, eso era lo que tenía en mi cabeza.

Mi sentimiento era post embarazo: estaba molesta, me aburría lo que antes me divertía, la gente me empezaba a caer mal, discutía mucho con mi esposo y sentía que lo odiaba (¿el sexo? ¡ni hablar!), me olvidaba de todo, me era difícil entender cosas nuevas, me sentía sola y tonta.

A pesar de todo eso, nunca sentí ningún tipo de rechazo hacia mi bebé. Los únicos momentos en los que yo era feliz, era estando con él. Ni siquiera me molestaba levantarme de madrugada para darle de lactar o prepararle su biberón, lo único que me molestaba era que mi esposo se fastidiara al levantarse. En mi mente no cabía la idea de que estaba cansado, como toda la gente normal. Yo me preguntaba ¿Por qué no se despierta feliz para atender al bebé? (¡pues porque eran las 4:00a.m!) si yo sí lo hacía.

Nunca busqué ayuda. Sé que debí hacerlo antes. Pero juro, que cuando Lucas cumplió 10 meses, fue que me di cuenta de lo que me estaba pasando. No le había dado importancia porque lo que había leído sobre la DPP era que odiabas a tu bebé y que tenías pensamientos suicidas. ¡Cuán equivocada estaba! La DPP se manifiesta de diferentes formas en las personas.

Yo la verdad sufrí en silencio y la pasé mal. Gracias a Dios y a mi esposo que siempre me hizo sentir hermosa a pesar de sentirme basura y vacía, ahora siento que estoy volviendo a ser yo.

—-

Fuente: Internet

Con esto, hemos comprobado las diferentes experiencias que se pueden vivir durante el embarazo. Puedes sentirte mal durante o después de éste, pero con ayuda, créannos que todo se puede.

Si has experimentado tres o más de estos síntomas por más de dos semanas, no tardes en pedir ayuda. NADIE se burlará de ti ni pensará que eres débil, al contrario, demostrarás fortaleza y ganas de cambio:

  • Sensación de que nada es ya divertido ni agradable

  • Sentirte triste o “vacía” durante la mayor parte del día, todos los días

  • Dificultad para concentrarse

  • Irritabilidad extrema o agitación, o llanto excesivo.

  • Dificultad para dormir, o estar durmiendo todo el tiempo

  • Fatiga extrema o que nunca se acaba

  • Un deseo de comer todo el tiempo o de no querer comer para nada

  • Sentimientos de culpa por sentirte inadecuada o pensar que no vales nada, o sentimientos de desesperanza.

¡Te deseamos lo mejor!


 
 
 

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